“La sensibilidad de mis pensamientos son como los pezones de tus pechos”
Mes: septiembre 2018
Soltándote el pelo
Te sueltas la mano en el pelo
como Spiderman lanzando su tela
te quieres ver mona cuando te sonrojas
cuando llevas cinturón de seguridad.
Te acuerdas del placer que te da
la seguridad de tus plátanos en la cocina
de tu P1000 en la bandolera
y de tus ojos maquillados de pantera.
Sonríes y te excitas y eso te pone nerviosa
los ojos curiosos de los que te rodean
se fijan en ti como ejemplo maravilloso
ya que no hay feo que no sea gracioso.
Te vuelves a soltar el pelo
la humedad del aire es del noventa por ciento
quieres que una brisa te abanique
y pisar el acelerador hacia adelante…
Hoy no me dejaste dormir
Vuelven a mi las pesadillas
de esos años maravillosos
por las calles de Bellavista
torturando y matando mi alma.
Llegue con una mochila
y el amor infinito como comida
di todo lo que tenía por tus ojos
incluso me deje la vida.
Fui lo más fiel que nunca se encontró
y te esperaba como agua al río
quería envejecer y llenarme de ti
pero me reservaste el infierno.
Ejecutaste sin piedad lo construido
porque demoler es tu entretenimiento
capricho de la muerte en vida
por fastidiar los sentimientos…
Mimos
Me gusta cabrearte
y que pienses que me meto contigo
porque te enojas y sulfuras
y te quedas muy graciosa.
Luego echas espuma por la boca
y te escondes bajo las sábanas
empiezas a soltar insultos multiplicados
mientras me metes mano.
Y es que no sabes estar tranquila
y que no suceda nada a tu alrededor
no esperas a los terremotos
porque los vas provocando a tu paso.
Y sabes cambiar de color con mis palabras
como si fueses un camaleón
pero eso no quita tu belleza
porque de eso sabes un montón…
Ella y su espada
Ella se reflejaba en la sonrisa de él cuando le permitía jugar con sus juguetes de la antigua Asia Oriental. Le encantaba ser agresiva con las espadas Samuráis como si fuera el fundador Jinmu en persona, eso si, con melones y sandias, la cabeza de él no corre peligro.
Pero lo que más caracterizaba a la muchacha eran sus versos amorosos, dedicados a su amor eterno, con la anotación tatuada “hasta que la muerte nos separe”. Y hoy les dejare uno de ellos…
Mi lengua
es mi espada
clavada en tu culo
amargándote el alma.
Preñada del filo
que asusta a la seda
me meriendo tus ojos
me acuesto en la tierra.
Mi espada en tu vientre
hacia abajo cortante
te amo sin tus orejas
te quiero sin tus pelotas.
Mis manos en tu pecho
cuchilladas finas
profundas en tu corazón
secándote la sangre…