Te vas a las cataratas
a menear las caderas
a chorrear humedad
a que te coman entera.
A sentir el pelo mojado
sin determinar zona ni espacio
para que tires piedras al tiempo
y te graben las miradas.
Te vas a un salto de agua
allí donde jugaras a la cuerda
a estirar tus latidos
y a nadar desnuda.
Vas a plantar tu bandera
como ese documental famoso
a invadir con tu sonrisa
el sirope de Arce.